21.8.07

Pedir perdón.

Qué difícil que es pedir perdón. Nuestra naturaleza egoísta y sobervia hace que se nos haga casi imposible recitar tan bellas palabras. Algo que podría generar felicidad instantánea pero que sin embargo tenemos reservado en lo más profundo de nuestro ego, y cerrado bajo llave. La mayoría de las veces preferimos el silencio, dejando espacio para la recriminación, en caso de existir alguna aspereza futura.

Sólo pedimos perdón cuando es conveniente para nosotros, donde rebajarnos nos lleva a una posición de ganancia neta. Digamos que donde en una posición futura, la relación generada por la rebaja, puede alimentar mucho el ego, u otras necesidades humanas de autorealización; o tal vez también, más carnales.

Pero cuando con una sinceridad suprema, casi providencial decidís hacerlo; las puertas del cielo se abren y te reciben los alivios con alas en la espalda. Porque por más que esa petición no sea bien aceptada, sabemos en lo más profundo de nuestro corazón, que es bueno, como el de la persona que te está escuchando, que hicimos lo mejor, y que en algún momento esa actitud será recompensada de alguna manera.

Como me cuesta pedir perdón, pero qué bien que me siento cuando lo hago.

1 Comentarios:

A la/s 16:12, Blogger She dijo...

Esta bien, te perdono... Pero que no se vuelva a repetir.

=P

 

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